Me preparo para emprender un viaje a una ciudad que añoro, a un cielito acojedor, a unas sonrisas amigas. Me emociona mucho la idea de regresar, me gustaría vivir por un tiempo por ahi. sólo por un tiempo, aún no sé donde debo hechar raices.
En esa ciudad me espera él. casi nunca hablo objetivamente de él valga la redundancia. Extraño sus abrazos, estraño que me engría y cuide aunque no lo siento completamente mio. con él me sucedio algo muy extraño, lo conocí por una extraña coincidencia, una noche de neblina y el frio que calaba los huesos.
Lo vi y me llamo la atención el parecido que tenía con un ex enamorado con quien no logré cerrar el círculo. por algunos segundos creí que se trataba de él y me dispuse a verlo con detenimiento. pude darme cuenta que si bien era cierto tenían algunos detalles similares, el nuevo desconocido tenía una mirada entre acogedora y triste. Traté de tomarlo como una relación fugaz sin embargo algo me unía a él, algo flotaba en el ambiente, lo veía diferente. Derrepente había encontrado a una persona que encajaba conmigo, se reía de mis chistes, no me preocupaba por gustarle, era como si ya nos hubiesemos conocido antes y sólo nos tocaba reconocernos ahora.
¿ Qué espero de este viaje? espero mucho y nada. Por una parte voy a ver a gente amiga en una reunión, iré vestida de azul, bailaré, y me divertiré al ciento uno por ciento. Por otra tengo que enfrentarme a mis miedos y complejos, con el mounstruo que me acedia, no sé si lograré salir victoriosa o correré como una rata plomiza asustada.
Tengo miedo, lo admito. espero que todo al menos este aceptable, no sé cómo comportarme, que decir, que no decir, como mirar, como sonreir. Espero no ser más torpe de lo habitual, espero no tropezarme con un masetero en mi intención por huir a un lugar más pequeño y familiar.
Lo único certero en toda esta historia es que ya tengo el pasaje comprado, y tendre que ir a enfrentarme con los recovecos que me ofrece la vida. ¡ánimo!.