lunes, marzo 03, 2008

ANGELITOS



Los últimos acontecimientos se encargaron de dejarme más de una lección, más de una aventurilla, más de una decisión pésimamente tomada, más de un nuevo dolor emocional.

Sin embargo también dejó en mis orillas preciosos ángeles/amigos tan compresivos como ellos mismos a quienes recurro en momentos oscuros y también durante los días claros, porque son ángeles.

Cuando sientes que perdí la brújula como hace 24 horas mas o menos, y siento la necesidad de conocerlo todo, de probarlo todo, ser una chica un poco buena, un poco mala a veces hace que me vayas de bruces contra la realidad (mi realidad). Tomando el camino que me llevará a cualquier parte no importa donde, sólo por esta vez, por que soy un poquito suicida, pero ni hablar hay que encontrarle la columna vertebral a la tristeza de turno, además es mejor sonreír y aprender la lección de otra forma el trago amargo no tendría razón de ser (finalmente el costo del aprendizaje lo vale) y nadie dijo que madurar emocionalmente era cosa fácil.

La conciencia enferma se retuerce en mi pecho, padece de olvido, desorientada por la fiebre del momento, enceguecida por mis triviales excusas, alguien se encargó de dejarla tirada en un rincón de mi ser y de seguro hubiera permanecido enmohecida por un tiempo más de no ser por la imagen que reflejo del espejo al mirarme aquella tarde, esa chica tan extrañamente familiar, la expresión de siempre mientras hacía el ademán de dominar el nada dócil cabello negro que me cubre los hombros, eras yo físicamente, pero mi mirada permaneció ajena, como si algo en mi se estuviera rompiendo poco a poquito y yo sin inmutarme.

Es tiempo de comienzos y muchos finales, empezando por que deseo dedicar hasta la ultima de mis fuerzas en lograr ese sueño, cada vez más cerca, cada vez más palpable. Y tengo ángeles amigos, de esos que tuve la inmensa suerte de encontrar en un concierto de música trova hace más de tres años y desde aquel momento sentí que había sinceridad en sus ojos y bastante claridad en sus palabras, algo nos unió desde entonces y no deja de hacerlo ahora, o aquel que conociste al ver su talento (dibujitos publicados), él con una sonrisa y siempre haciéndote reír con cada ocurrencia, o como aquel fotógrafo incansable que sin saberlo te da paz con sus palabras y sin proponérselo siquiera te da valiosas lecciones,y así hay mas.

Sí, fuera de mi familia también hay ángeles que pese a no compartir la misma sangre, compartimos algo mucho más fuerte una amistad sincera.

Entonces no puede ser tan válida una pena con tantas razones buenísimas para sonreír.