viernes, diciembre 23, 2011
Preludio a la Navidad
Las fechas especiales como ésta ya no se sienten tan especiales después de haber aprendido a vivir sola e independiente durante algún tiempo, es como si todos estos días vestidos de algarabía, luces y colores no sólo me ponen de mal humor sino que se sienten tan falsos. Viajar treinta y cinco horas en bus, con un pequeño lapsus de tres días para reencontrarme con mi "amigo", con excepción de los días en que pernocte en un lugar diferente, con gente amiga, en el que me sentí más en familia que con mi propia familia, el viaje demasiado largo para cumplir con el "protocolo navideño". De repente esta casa me se me hace muy grande, el ambiente me asfixia, me siento como una extraña en mi propia casa, en mi ciudad, el barrio no ha cambiado mucho, algunas casas han crecido, otras se ven de otro color y otras se mantienen igual, la gente del barrio ya no me reconoce, supongo que tenían en mente la imagen de una niña flacucha de cuando me fui, yo lo veo todo con una nostalgia dulce, los chicos de mi generación ya volaron por nuevos rumbos, veo gente nueva y aunque intento regresar al escenario que deje hace 10 años, todo me sabe diferente.
Lo bonito de todo esto es respirar aire puro y tropezar mi vista con una ciudad preciosa, rodeado de verde y reencontrarme con muy pocos pero buenos amigos, aunque no nos unen lazos de sangre, los años de amistad me dan el derecho de llamarlos hermanos. Quizá deba poner algo de mi parte para cambiar viejas actitudes, sólo me quedo un par de días al año y sería mejor disfrutar del ambiente, además cada uno decide como interpretar la realidad y yo pienso interpretarla de la mejor manera posible.